viernes, 4 de diciembre de 2009

folen in lob

Escuchaba canciones en inglés sin saber una gota del idioma. Pero no podía resistir el seductor "foooolen en lob, yu tu" que le recordaba tantas cosas.
Mientras lo escuchaba, sin saber mucho del cantante, se acordaba de sus paseos por el puerto, de sus ventas de cuhcufí en la playa, mientras las muchachas lo miraban pasar. Alto, esbelto, de ojos claros y crueles, ellas caían rendidas a sus pies.
Nada quedaba de ese muchacho, el mismo que hoy escuchaba al Elvis en un disco de acetato.
Nunca aprendió inglés, nunca vendió más que cuchuflis, nunca tuvo más que una mujer y un hijo, nunca vivió su existencia de manera distinta a como tuvo que vivirla. Y hoy, no podía ni arrepentirse, porque no conocía otra existencia que esa.
Escuchaba el "fooolen en lob" y se olvidaba de a poco del mundo. Tan despacio que ni él se daba cuenta. Hasta que un día se pudo olvidar de todo. Fue un hecho tan agradable que ni sintió pena, no se acordaba de ella. Su hijo le parecía un día ingeniero, otro doctor.
Él mismo era un día guerreo, al otro viajante, al otro presidente. Sabía que no era cierto, pero se sentía contento de olvidarse de eso también.
Escuchaba a Elvis, se llamó Elvis también y le inventó una historia a la canción que él mismo le dedico a una mujer el año 1897, cuando paseaba por la playa de Suiza firmando autógrafos...

1 comentario:

Anónimo dijo...

me provocas risas!

pansha!