Yo tenía mucha razón, son las venas, son las venas. Salen volando del cilindro, de la muerte prematura, con sangre y color de árbol. Sube hasta el cielo, no mira caras, no resiste análisis, sencillamente pasa. Pide y uno le tiene que dar sal, pan, dinero, amaneceres, pérdidas, amor, mucho amor.
Y que le digo al fútbol, a la vida, a los cambios para hacer tiempo, a los calzoncillos chicos, a los pantalones apretados, a las poleras ceñidas, a las brazas del asado, a los copetes demás, al segundo que se presenta, a la mente que se aleja, al Vasco contra Corinthians... que me digo a mi mismo que soy el enemigo y el captor.
Traje un poco de calma al cerrarte los ojos de un balazo, al darte un vaso de cuerdas o colgarte del agua al techo. Sea como sea, no puedo dejar... Malo... se lo perdió en la boca del área chica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario