martes, 29 de junio de 2010

Así paso

Estaba en presencia del fin del mundo y justo lo pilló en el santo estado de ebriedad. Cuando vió abrirse el cielo puso el Victor Jara sinfónico a todo lo que daba el volumen. La gente aterrada huía de la furia de dios y su voz de trueno, los jinetes traían la desgracia prometida para los deudores del divino. El infierno abría sus fauces, él en cambio bebía el último trago antes de salir a la calle a encontrarse con lo inevitable. Cuando se escuchó la puerta sonar, se supo muerto pero con victor sonándole en la cabeza repetidamemente.

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