jueves, 2 de octubre de 2008

La Esperanza

Esperanza cantó, rió y vivió su primer campamento scout tan alegre como cualquier muchacha de 16 años. Seguro que no se esperaba que en tan importante evento un muchacho de su misma edad fijara sus ojos en ella. No era ella primeriza en estas lides de juntar labios, pero este momento había sido tan mágico que, y aquí le pasó la cuenta tener 16, pensó sería diferente.
Fue cuando, sin saber un viejo adagio que se versa entre los scouts, se maquilló por primera vez para verse linda, ese día en especial, para ese rufián en especial.
Sentada frente al espejo, con un delineador robado a hurtadillas a su madre, pintaba sus grandes ojos, un poco de agua de colonia, camisa gris perla, pañolín colorido, respiro hondo. Salió rápido, como salen todo los scouts a eso de las dos y media de sus casas, a medio almorzar, sin despedirse de alguien, con alguna cosa que se les quedó en la casa. Mas ella caminaba despreocupada, pues sabía que todo se supliría al llegar, la ilusión hacía aparición, ya no era esperanza. Había pasado una semana desde el arribo a santiago hasta éste momento. ¿Como lo iba a saludar?, ¿quien la iba a molestar?, ¿sus dirigentes que le dirían? Todo era una incertidumbre del mismo porte del sol que hacía caer los patos asados.
Cuando llegó fingió normalidad, la cual ni ella misma creía. Saludo a toda la muchachada como siempre lo hacía, hasta que llegó a él. Una sonrisa nerviosa, un segundo de duda y él optó por ambos, la besó en la mejilla.
De ahí en adelante fue todo debacle. No la miró, no le habló, no se encontraron entre ratos libres, ni al final. Con el corazón a mal, Esperanza, le contó su drama a María, amiga de infancia, y culpable de que ella estuviera allí.
-Ay, mi Esperancita. Es cosa de suerte esto de acampar.- respondió intentando consolarla
No obstante María no podía culpar al muchacho, pues conocía el adagio que en ese instante le enseño a Esperanza
-Amiga: Campamento es Campamento…
Ya no había nada que hacerle. Por más derramar de lágrimas tiznadas que hubiese, nadie tenía la culpa de eso, quizás un poco la Esperanza, pero no le vamos a decir, cierto?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Barquillo pregunta por ti y no se qué responderle....


saludos!!

imhirion dijo...

que cierto cierto cierto es todo aquello que le pasó a la pobre esperanza!
sucio cochino y poco sensible pañolin!
hahahahahahahaha