domingo, 24 de agosto de 2008

Jesus me habló!

Sentado en el terminal de Valparaiso. Era domingo, dicen que ese es el dia consagrado al señor, pero yo no soy de misas. Pero si los fieles no van a la iglesia, entonces el señor viene a ellos. Fue así como se me acercó Jesus, hijo de María, según el mismo me explicó y me dijo si tenía una moneda para una cañita. Yo le dije que no, pero que podía multiplicar el vino, según su propia palabra, que a mí me quedaba nada más que la cola del cigarro y el pasaje de vuelta. Me bendijo con un par de chuchadas en su mente y se marchó, según vi, a pedir diezmo a otro asiento.

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