Hago bailar 28 letras. Con una canción tan antigua como mi propia humanidad. Los huesos me pesan, el pecho se me acaba en intentos de cumplir con mi deber. Me siento Nietzsche en carne propia, se ahora por que renunció a Basilea.
Tengo con tantas cosas que lidiar que me falta un segundo de respirar. Y como me cuesta respirar, puedo dejar de hacerlo sin querer en cualquier segundo, minuto, hora o día del señor.
Me esperarán los alumnos, con sus insaciables deseos de descanso, con su cola de burro dibujada por un lápiz ignorante. Y un estúpido me dirá en la calle que esto lo elegí así. Ojalá que tu hijo se eduque en mis aulas, para hacerlo mejor que tú.
Pienso en la única persona que me quita las ganas de pensar. Pienso en los atajos de la vida que están vedados para mi por ser pobre como soy. Pienso en renunciar a lo que soy, para comenzar desde cero a ser otra cosa. Pienso en el futuro esplendor, en lo que a mi me da fulgor, en mí cuerpo decadente.
Mi madre me ha llevado a comer hoy, mi padre me llama. Yo, nunca dejo de escribir...
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