Cuando adiviné que me estaba pasando no pude hacer nada. Las escamas me alcanzaron la cara y las agllas comenzaban a moverse. Era un pez de esos que besan las vidrieras de los parques acuáticos. Hacía signos con mis aletas, pero nadie pudo leerme. Conté cuentos largos y cortos. Mis ojos grandes veían en 180 grados sin permitir que nadie entrara entre ellos para que supieran que era un hombre. Estaba atrapado en este cuerpo y no había más que hacer.
Sentí la compasión momentanea de los visitantes que me veían medio con pena y medio con curiosidad. Tuve esa sensación de pena al ver que catedráticos pasaban por enfrente mío explicándole a sus alumnos mi cortedad de cerebbro, mis ojos redondos que no permitian que viera al mundo como los humanos corrientes y mis labios besadores sin posibilidad de hablar.
Entonces decidí saltar del acuario, ponerme del otro lado. Duré solamente tres segundos siendo hombre y luego ellos me cocinaron en pos de la alimentación diaria.
Hoy reposo en el fondo de un estómago esperando salir.
Sentí la compasión momentanea de los visitantes que me veían medio con pena y medio con curiosidad. Tuve esa sensación de pena al ver que catedráticos pasaban por enfrente mío explicándole a sus alumnos mi cortedad de cerebbro, mis ojos redondos que no permitian que viera al mundo como los humanos corrientes y mis labios besadores sin posibilidad de hablar.
Entonces decidí saltar del acuario, ponerme del otro lado. Duré solamente tres segundos siendo hombre y luego ellos me cocinaron en pos de la alimentación diaria.
Hoy reposo en el fondo de un estómago esperando salir.
1 comentario:
qué lindo!!! por la chucha!!!!
Publicar un comentario