Fue dichoso cuando aprendió a saltar las nubes. Lo había intentado tantas veces y caído más, pero se levantó, porque quería lograrlo, simplemente saltar una nube, por pequeña que fuera, saltarla. Corrió por campos sembrados de dientes de león, soplando con las piernas de cartón y plumas canciones más rápidas que el viento. Atrajo multitudes con su locura, lo comparaban con el quijote, pero el no sabía leer, solamente era correr y saltar, un poco más alto cada vez, pero nunca lo suficientemente alto, hasta que un día lo logró, se elevó del suelo hasta no verlo, con sus ojos llenos de lágrimas sonrió mientras se le deshacía los huesos con el choque de la estratosfera. Ya no había bala en la tierra ni precio que pudiera alcanzarlo, porque los hombres no entendieron nunca su afán por subir tan arriba sabiendo que caería. Cuando se hizo polvo estelar atrapó el sol y se acordó de su mujer, de los hijos que le tenía prometido, del taller de carpinteros, de los días de llegar triste y mal pagado. Alegre con la última célula no quemada quiso bajar a traer a su enredadera de patio, pero no pudo. Entonces prometió hacerse tierra y volver a nacer alguna otra vez. No importaba tener que vivir desde cero la misma perra vida que le tocó, mientras pudiera en algún siglo venidero traer consigo a su Claudia para que viera las estrellas como él…
1 comentario:
Eres lo más lindo que tengo... te amo!
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