lunes, 10 de marzo de 2008

Matador


Soy la sangre que derramaste
la muerte que sembraste en mi alma
lo negro de cada día
las penas, las lágrimas, el sinsabor
de todo eso que la gente
suele llamar amor.

Y ahora libre
he salido a romper almas ajenas
de inocentes y de nada de inocentes
sin asco me adentro
entre sus pensamientos
entre sus momentos
entre sus carnes
y un delirio les saco por las pupilas
jurandome amor las dejo.

Lloran desconsoladamente
y yo, sintiendome un perro
salgo a caminar para olvidar
toda mi perversión
toda mi maldad aprendida
Ahogo entonces mis penas
en otro cuerpo y en otro amor.

1 comentario:

dealgunamanera dijo...

que la libertad no te atrape en los días fríos de invierno...